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Líneas de investigación

Actualizado: 3 ene



Hoja de TET / julio 1996.


En la última Hoja de TET (abril 1996), luego de la trascripción de parte de la entrevista que hiciera Newton Rauseo a Eduardo Gil a finales del año de 1982, quedaron planteadas preguntas sobre los posibles cambios que han ocurrido los últimos años en la manera de acercarse al trabajo de los actores del TET. Aquí exponemos las reflexiones de Yuma sobre la historia de esos cambios y los cambios que se han propuesto durante las distintas etapas de esa historia.


 

En el dossier del TET puede verse en imágenes la historia del grupo. Pueden apreciarse tres líneas de investigación que son: el texto poético, el texto dramático y el texto literario.


En los primeros años del TET, se trabajaba sólo la línea del texto poético; ésta se basaba en la recopilación de textos de diferentes fuentes, música y canciones que confeccionaban un guión estructurado por el director y, en algunas ocasiones, con un asesor literario. En esta etapa, el actor era parte importantísima para lograr el material y el acabado de la proposición.


En la entrevista que Newton le hace a Eduardo Gil, expuesta en la Hoja TET (abril 1996), puede verse claramente esa idea y los conceptos en que se basaba.

Estos primeros años son la base de un criterio formativo, ético y estético, de eso que llaman el estilo, la línea o la manera de hacer teatro del TET.


Los encuentros con la gente del Roy Hart, con Sylvain Courthay de Meter Brook, el encuentro con el Odín Teatro en Perú, con Tony Cots del mismo grupo, los talleres con Rijszard Cieslak, Teo Spichalsky, Elizabeth Albahaca del Teatro Laboratorio, la experiencia de Eduardo Gil, el haber conocido gente importante del teatro de este siglo o visto su obra en festivales o temporadas, así como también por medio de charlas, conferencias o entrevistas y el conocimiento individual de alguno de sus integrantes, dan el contenido teórico-práctico que servirá de fuente para conformar una manera de trabajar que hoy puede ser analizada desde varios puntos de vista. Uno de estos puntos puede ubicarse en la evolución del trabajo con respecto al texto.


Creo que uno de los momentos que marca la evolución del trabajo del TET es cuando hace 12 años, el grupo que lo integraba decide introducirse en la investigación del texto dramático. Esto comienza con el montaje de Jacobo o la Sumisión, de E. Ionesco. El propósito era escudriñar en la obra de un dramaturgo y conocer su visión del mundo, del ser humano, de un tema, que enmarcado en la estructura de diálogos, imágenes, situaciones y personajes que se relacionan, llevara, mediante una serie de etapas, a un final que expusiera un pensamiento relacionado a una inquietud del grupo o del director.


Después, en 1991, iniciamos la línea del texto literario, generada por Elizabeth Albahaca, donde profundizamos en esta investigación.


Hemos hablado, quienes nos ha tocado dirigir en este grupo o ser actores en diferentes obras de la vida del TET, que el centro de nuestro trabajo está en el “trabajo del actor”. Esta ha sido una de las bases del trabajo de nuestro grupo, el asunto es desde dónde se parte para hacer este trabajo.


Cuando el grupo decide incursionar en estas nuevas líneas, inicia el conocer qué es estar al servicio de la obra de un dramaturgo y de la visión del director, el descubrir qué es un actor como instrumento que sirve de medio para que con su voz, sonidos, cuerpo, impulsos, asociaciones, fantasías, experiencias y emociones, pueda estructurar un personaje que comunica y expresa eso que no es él y sí es él, él como parte de la humanidad o de la sociedad, aprender a poner entre el actor y el personaje una distancia para no identificarse con lo que se hace y se dice. Ahora lo más importante no es sólo lo que el actor “siente”, poniéndose por encima de la voz del director o el dramaturgo, ya el mundo interior de los actores, en algunos casos, no es la base del trabajo actoral sino un elemento más, dejando atrás la imagen del actor humilde pero pretencioso. Así, la máxima “el actor es el centro de nuestro trabajo” se reubica en una situación más exacta o más ética y profesional, y hasta más sincera con respecto al trabajo actoral que crece al poner más atención en el trabajo sobre los instrumentos del actor. Al reubicar la concepción del trabajo del TET, se abre una inmensa posibilidad de conocer un mundo lleno de posibilidades y situaciones insospechadas, mundo que también es nuestro y que, por medio de la magia del teatro, te acerca a esas cientos de vidas que una vida común, posiblemente, no podría conocer.


En estos seis últimos años que me ha tocado de nuevo dirigir el grupo, he tratado de marcar un camino en la profundización de este criterio, menos de una manera discursiva y más de una manera práctica, propiciando circunstancias que alimenten.


Autor: Guillermo Díaz Yuma


 

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