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Ese mundo invisible



Hoja de TET / abril 1996.

Con la idea, o mejor, el interés de seguir indagando en lo que es y ha sido el trabajo del TET, me ha parecido importante proponer la lectura de partes de una entrevista hecha por Newton a Eduardo Gil el 14 de diciembre de 1982. ¿Qué de lo expuesto ahí, hace casi 14 años, nos habla todavía del teatro que nos interesa hacer? ¿Qué ha cambiado? ¿Qué se ha mantenido?


Recordemos que no se trata de definirnos sino de revisar la historia del grupo y comprenderlo en su proceso; en nuestros cambios.


Decía Eduardo Gil: Comienza a haber teatro cuando alguien que está consciente de lo que está haciendo es observado por alguien, y continúa ejecutando estas acciones con el deseo o el interés de hacer permanente y continua la observación del otro.

Esto nos empieza a decir varias cosas: primero, que la acción que se ejecuta está siendo realizada con una determinada calidad, de un determinado modo que no es normal, es decir, si yo sé que estoy siendo observado mientras hablo y yo deseo mantener la atención sobre mí, comienzo a manipular mi forma de hablar, mi forma de gesticular mientras hablo, a dosificar el volumen, los tonos de mi voz de tal forma de ir creando algo interesante. No es sólo lo que digo, no es sólo el acto de hablar, sino el modo como yo realizo esa acción, que está en relación con la asistencia, con la expectativa que el otro tiene sobre mí. (…)

La teatralidad (…), está íntimamente ligada con una cosa que podemos llamar corpórea, es decir, con algo que viene del cuerpo. La materia con la cual trabaja el teatro es con el cuerpo, lo que constituye el cuerpo del hombre, pero no el cuerpo en términos de una anatomía o de una fisiología, sino el cuerpo también en los términos de una emocionalidad, de una conciencia, de una experiencia, de lo vivido; por eso el teatro que resulta muy interesante de ver, es el teatro en donde las personas que lo ejecutan están poniendo de su parte, de su vida interior, una gran cantidad de material, es decir, un teatro en donde las personas que lo ejecutan están utilizando esas acciones para expresar, para dar salida a un mundo interior que poseen y sobre el cual han hecho un trabajo, una investigación para dejar salir esos componentes del alma humana, ese mundo invisible, vamos a llamarlo así, y están haciendo una exposición, están mostrando cosas que normalmente no alcanzamos a ver en lo cotidiano (…)


NEWTON: ¿Podríamos enmarcar un poco o todo o parte de lo que tu creas conveniente de lo dicho, respecto al Taller Experimental de Teatro, en el sentido de cómo se refleja esa concepción del teatro en el TET y cuáles han sido las respuestas?


EDUARDO: Una primera impresión que tengo con relación a la pregunta es que una experiencia real para mi como integrante del TET, el hecho de haber girado siempre o haber estado preocupado siempre por tratar, por investigar con los medios de nuestro alcance, el cómo hacer que el vivido interior o que el mundo interior de las personas que actúan en las producciones del Taller, manifieste o sea la base para su trabajo de actor. Cómo ayudar a alguien que está aquí en este momento con su presencia real, íntegra, entre en contacto consigo misma y a partir de ese contacto comience su trabajo expresivo, comience su trabajo hacia lo teatral. Para mí esto, en los diez años de trabajo en el Taller es una experiencia básica. De qué medios podemos valernos, técnicos, teóricos, vivenciales, para hacer que en cada uno de trabajos públicos del Taller, quede esta marca de una calidad en el trabajo que venga dada por esa participación – lo más posible – de esa persona que ejecuta ese teatro. Yo pienso que allí reside un poco la historia del grupo. En un esfuerzo constante dentro de todos los elementos circunstanciales particulares de nuestra historia, de ir buscando ese hilo conductor que hile estas acciones públicas llamadas teatro con este vivir interior individual particular de cada quien.

Realmente en ese particular pienso que ha sido un trabajo humano, de un intercambio entre las personas, que ha sido un estar alerta, un estar atento a las manifestaciones de esa vida interior.

No siempre es fácil o no siempre es exitoso o no siempre es justo el logro, pero tal vez es lo menos importante porque lo que ha resultado interesante y vitalizante para el grupo es esa búsqueda permanente, a veces mucho más clara, a veces más oscura, una veces más dulce otras más violenta, de ir buscando la manera de que lo primero que esté en la base del trabajo sea una presencia, una actividad de las personas que realizan eso tratando de aprovechar la oportunidad del teatro para conocerse, y en la medida en que se pueda lograr algo de un conocimiento, compartir eso públicamente.


NEWTON: ¿Esa presencia como ser humano en los actores del Taller Experimental de Teatro, es esa búsqueda de la cual tu hablas, la que ha llevado al TET a que sólo en muy pocas oportunidades haya representado una pieza teatral escrita como respuesta del trabajo creativo del Taller? Me interesa un poco conversar sobre la relación del Taller y la dramaturgia.


EDUARDO: Ese tema de cómo utilizar el texto dramático escrito y perteneciente a la tradición clásica de la dramaturgia teatral antigua o contemporánea como una posibilidad para que el mundo interior del actor se junte y se haga con eso un acto nuevo, un acto que tenga una marca personal, es también clave en la historia del grupo.

Hacer el teatro con la finalidad de representar solamente un texto por más consagrado que sea, no nos resulta tan interesante como componer partiendo de la mayor libertad frente a la literatura, una nueva proposición de texto, de resumen de textos, que esté más cercano al fondo de sentimientos, imágenes, recuerdos, sueños, intuiciones, que el actor tenga. Es como ir componiendo a la manera de la gente que trabaja con retazos o pedacitos de cosas que vienen de diferentes fuentes, un nuevo cuadro, una nueva imagen tocada por esa sensibilidad despierta en el actor que va buscando las formas de ir contando sus dramas, de ir contando una historia que a lo mejor es siempre la misma, pero que es la que sentimos la necesidad de ir contando a través de cada nueva producción. Cuando se busca exteriormente, fríamente, intelectualmente un texto para luego ilustrarlo o montarlo, uno corre el peligro de alinear una posibilidad más interna de poner en juego ese vivir interior del que hablábamos antes, porque te ves forzado a manipular o a entrar en una serie de compromisos, de intercambio para acercarte a la obra tal y como ella fue escrita en un determinado momento, con la visión de un determinado autor. Pero si partes de lo que hay en ti íntimamente, esa experiencia te da como una luz en la cual tú encuentras afuera, en los textos de literatura, en los cuadros de la pintura, es decir, en el patrimonio artístico general las cosas que van a resonar con la nota, con el color que tú tienes en ese momento y que tiene el grupo. De tal manera que haces un trabajo que está más en armonía con lo que hay en tu vivencia, en tu vivir.

De tal manera que tu trabajo puede ser que no luzca o que no aparezca públicamente como tan teatral o como tan dentro de la tradición del teatro, pero es un poco más real para las personas que lo están haciendo, está más cercano para las personas que lo hacen. Esto ha implicado un esfuerzo, y también implica un esfuerzo por parte del espectador, porque a lo mejor un espectador tiene deseo, la necesidad de ver un determinado tipo de teatro tal como se lo está diciendo la cultura. Un teatro tal vez menos humano, que tiene menos que ver con él y su vida cotidiana, un teatro tal como le están diciendo, está sucediendo en Europa o en los Estados Unidos, o el teatro que está de moda o los temas que están de moda. Pero si dejamos un momento eso de la moda o lo que está sobre el tapete, podemos ir encontrando ciertos hilos, ciertas cosas que son importantes que permanecen pese a los cambios de las formas exteriores y que son las que realmente son humanas, las mismas preocupaciones básicas y allí nosotros vemos una posibilidad de comunicación fácil, no una comunicación del todo siempre agradable, siempre satisfactoria.


Pero siempre valiosa que realimenta al grupo y lo estimula a continuar en esa búsqueda dentro de una soledad, una búsqueda que corre el peligro a veces de estar en lo estéril, de estar trabajando en un campo que no va a ser fértil ninguna vez, pero que da la fuerza de no transigir con ciertos propósitos que al origen de nuestro grupo fueron importantes (…).


 

¿Hacia dónde se ha movido el trabajo de los actores en los espectáculos del Grupo? 

¿Cómo compone ahora el actor del TET sus personajes?


 

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