En 1933 ocurrió un episodio horroroso en la historia de Le Mans (localidad francesa): las hermanas Papin asesinan brutalmente a su empleadora y a su hija. Este suceso conmociona a toda Francia, provocando la división de la opinión popular: un bando reclama una venganza ejemplar; el otro, el de los intelectuales surrealista toman a las criadas como víctimas de la lucha de clases.

“Sólo la violencia del crimen cometido nos da una medida de la atrocidad del crimen invisible, en el que, como se comprenderá, los verdaderos asesinos ‘señalados’ son los amos”

Simone de Beauvoir.

Inspirado por este caso, Jean Genet escribe en 1947 Las Criadas (Les Bonnes). En ésta obra muestra su interés por la crítica hacia los estereotipos sociales, los personajes marginales, hacia la controversia. El arte toma la historia como excusa para exponer su punto de vista sobre la humanidad, sobre lo humano. Siendo una obra y un autor tan emblemático en la historia del teatro moderno, siempre ronda las cabezas de los hacedores de teatro de cualquier latitud.

En este caso, Guillermo Díaz Yuma, Director del Centro de Creación Artística TET, se dejó seducir por este maravilloso texto:

“Me es difícil no relacionar esta obra con el mundo y el país en que vivimos (...) Dos criadas en un continuo ensayo psicótico alimentado por la intolerancia a su condición.”
 

Guillermo Díaz Yuma

Ineludiblemente, LAS CRIADAS nos habla a todos y cada uno de nosotros muy íntimamente, en lo secreto de nuestros impulsos y nuestra conducta. Sí, nos habla de una realidad donde existe evidentemente una lucha de clases, pero también nos habla de lo terrible que puede llegar a ser la imaginación del hombre cuando la puerta está cerrada y sólo estamos acompañados por nuestra propia sombra, un espacio donde no puede existir la mentira.

Ésta es una propuesta escénica donde se mezcla lo surrealista y la hiperrealidad en una interpretación cargada de la potencia actoral de esta nueva generación de actores y actrices del Centro de Creación Artística TET, y con la acostumbrada limpieza en la dirección del maestro Guillermo Díaz Yuma.

El color invade la escena invitando al espectador a desdibujar la línea entre lo real y lo onírico.