Velada y degustación
Anécdotas, cuentos, poemas, cantos y sabor venezolano

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Todo comienza en el interior de una casa en Barinas, un día lluvioso. El público es recibido por dos anfitriones, coleccionistas de viejas historias, de cuentos contados por la abuela, de poemas y canciones extraviadas, de personajes y objetos significativos. Allí el público es invitado a emprender un viaje a partir de graciosas anécdotas, poemas y cuentos de tradición oral, que recrean un rico imaginario popular, configurando un paisaje visual y sonoro, una atmósfera de sueño y recuerdo.

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El escenario es un círculo rodeado de sillas, muebles y poltronas, un espacio que se convierte en las orillas de un río, en la sala de la casa, en la habitación de los niños, en el jardín donde se entierran tesoros, en la biblioteca donde se encuentran libros extraordinarios, en la cocina de la abuela, en la calle principal del pueblo, en el patio de la escuela donde se recita, se baila y se hacen representaciones teatrales.

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Este espectáculo es algo similar a lo que antes se llamaban veladas, eventos organizados en las casas de familia o en la escuela, para disfrutar del teatro, la poesía y la música. Tomamos como punto de partida varios cuentos (venezolanos, latinoamericanos y extranjeros), y como eje del espectáculo las crónicas escritas por Alicia Jiménez de Sánchez —nacida en Uracoa, y barinesa por adopción— sobre su niñez, su familia, el vínculo con sus hermanos, el amor a su padre, los recuerdos de su incondicional y generosa abuela Bellita, y su temprana e intensa relación con la literatura y la poesía. 

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Quien escucha estas historias, de alguna manera, recupera algo perdido; quien recrea los detalles de un relato está despertando una memoria ancestral, los orígenes de nuestros deseos e impulsos. Los sonidos, colores y sabores nuestros nos constituyen, hablan de la relación con el hogar, de un particular humor y sensibilidad que nos caracteriza, e incluso de nuestra relación con la naturaleza y lo salvaje. El público se pone en contacto con esa realidad; con un caudal subterráneo que nos signa y nos toca.

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La música también es protagonista, su cauce se mezcla con el de la palabra. En la velada se interpretan cantos de trabajo, canciones de Simón Díaz, Henry Martínez y Guillermo Jiménez Leal (compositor y poeta Barinés, hermano de la autora de las crónicas y tío de la actriz e intérprete en el espectáculo). Se incluyen también textos de poetas venezolanos como Ramón Palomares, Eugenio Montejo y Enriqueta Arvelo Larriva, una de las primeras voces femeninas de la poesía moderna venezolana (oriunda de Barinitas).

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La obra termina con una gran fiesta donde los ritmos del llano logran levantar a todos de sus puestos para ir al encuentro con el otro. Durante el espectáculo, también se ofrece al público una bebida refrescante, un trago de ron, y una pequeña degustación de platos salados y dulces venezolanos. Nuestra propuesta busca hacer de la velada una experiencia sensorial, estimulante y sugestiva.

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ESTRENADO EL 25 DE MARZO DE 2017
Teatro Luis Peraza