Casa de fuego
Textos originales de: Ramón Palomares, Eugenio Montejo, Reinaldo Pérez So, José Barroeta, Rafael Cadenas, Guillermo Sucre, Juan Sánchez Pelaez. Cuento: Belen Gil
Dirección: Eduardo Gil
Casa de fuego comenzó como la búsqueda de una progresión en 1979, con un ciclo de cuatro “representaciones” públicas, de una estructura escénica preliminar. Considerábamos, en nuestro Taller, a aquellas experiencias como “aproximación”, como tentativas de acercamiento a las imágenes que hemos venido trabajando desde entonces. Esas primeras articulaciones teatrales en estado germinal, visiones y contactos con los temas propuestos por la selección original de textos de poesía venezolana contemporánea, han venido cumpliendo -lentamente- en el tiempo, su ciclo de maduración y de cambio. En Sitges y Barcelona de España, en Portugal y Francia, en calles y mercados y pequeñas slas de teatro frente a muy diverso público.
Este tiempo -de reflexión y revisión-, de ensayo y prueba en distintos momentos, con distintos textos y modificaciones de la composición escénica, han dejado marcas, “señales”, que hoy al abrir nuevamente la experiencia pública de CASA DE FUEGO aparecen girando en un encuentro diverso. En unas formas que se observan a si mismas, sin pretender fijar una puesta en escena definitiva. Y sin ser, en modo alguno, improvisaciones sobre ideas o temas. Hablaríamos, tal vez, de un sentir y un reaccionar frente a la imagen que el trabajo nos ha proporcionado. Al acercarse otra vez a si misma, CASA DE FUEGO oscina jugando entre texto y acción; actor y persona uniendo y separando, en un incensante ocultarse y descubrirse, buscando encontrar -como en los espejismos o la embriaguez- una forma de artificio y verdad simultáneas, hablándonos desde un sitio extraño y familiar como nuestra casa o el teatro.
CASA DE FUEGO no es, pues, en modo alguno, una “puesta en escena” ofrecida al público como definitiva, como producto único y exclusivo. Nuestro espectador -si así lo necesita y desea- tal vez podrá ver el perfil, el estado “presente” de una situación donde se incluye, como en sorpresas que nos da “lo desconocido”, los gérmenes de un comienzo y las señales de lo próximo a venir.
Esperamos del vivir público de CASA DE FUEGO una continuidad. Un tiempo abierto, un espacio para la exploración, la búsqueda y el placer de trabajar estas imágenes nacidas de un vivir poético, del trabajo solitario de los autores que hoy forman el cuerpo de textos que nos guían.
Actuar hoy -en esta situación particular y nueva para nosotros, de esta juntura con la poesía nacional- es también reflexionar y compartir con nuestros posibles espectadores. Es crear una familiaridad con las pulsaciones de esta experiencia abierta, reunión de lo disperso, de lo inútil. De una lengua en disfraz sospechoso; velar y revelar una historia; representar la ausencia y la presencia de unas voces que se desconocen a sí mismas; juntar los retratos de un álbum de ningua parte, encontrado por la mano de nadie. Doble como afirmación y negación; latido que abre y cierra la paradoja de aquella que no puede concebirse sino a través de sus elementos: opuestos y complementarios, representable sólo como fugaz y móvil. El actor y el espacio de la escena como si éste fuese un territorio de virtualidades, una persona que oculta el paso de lo que señala. Un lugar donde el actor ya no es, cedido como está al artificio del juego, al vértigo de acciones que no son relatos literales que nos confirmen o expliquen y razonen en nuestro nombre.
LA CASA aspira, también, a un doble espectador, a un observador contemplándose a si mismo, cumpliendo al mismo tiempo su rol como “asistente”; ajeno a la solicitación de la velocidad de los itinerarios culturales, a la prisa del consumo rápido, fácil y bien ubicable en la legalidad de la “creación”, de los estilos y la moda.
Ambos -acotres y espectadores- necesitamos un tiempos y un espacio que no sean “otros”, un tiempo interior que nos premite ver más allá de lo mostrado, un escuchar diverso y un sentir que acompañe al pensamiento y la memoria.
EDUARDO GIL
Ficha artística
Intérpretes:
Mónica Cárdenas
Lorena Cariani
Guillermo Díaz Yuma
Graciela Ferrari
Fernando Yvoski
Rosa María Orfino
Frances Ravard
Francisco Salazar Pancho
Marco Villarrubia
Ficha técnica
Diseño de vestuario
TET
Realización de vestuario
Eunice De Lima
Iluminación
Francisco Salazar Pancho
Banda Sonora
Guillermo Diaz Yuma
Sonido
José (Perico)
Afiche
José Acuña
Coordinación
Nancy Ocanto
Producción General
Taller Experimental de Teatro
Dirección
Eduardo Gil